Está demostrado categóricamente que fumar se asocia al riesgo de adquirir más de 25 enfermedades.  Las más frecuentes son enfermedad vascular cerebral y coronaria. También diversos tipos de cáncer en pulmones, labios, boca, lengua, garganta, vejiga, riñones y páncreas.

Las dificultades que tienen los pacientes para dejar de fumar son causadas por la aparición de la abstinencia. El deseo incontrolable por continuar fumando es provocado por el requerimiento de un cerebro acostumbrado a la exposición de las sustancias tóxicas inhaladas. El fumador no puede aplacar la abstinencia hasta que vuelve a fumar intermitentemente. Esto significa que el tabaco tiene el mismo efecto que una droga ya que causa intensa dependencia.

Este hábito provoca hinchazón en la garganta y agravamiento del ronquido. Vemos con frecuencia experiencias comentadas por ex fumadores que dejaron de roncar luego de suspender el hábito.

Considerando los riesgos del tabaquismo y consecuencias del mismo en el contexto de una entrevista médica solemos explicar con insistencia la importancia de controlar la exposición al riesgo. El camino es solo uno, dejar de fumar por completo. No fume y lleve una vida saludable.